TEQUILA: UN ‘PUEBLO FAMA’

marzo 1, 2024 Ale Gamiño

En el nombre lleva la fama: es Tequila, ostenta el distintivo de ‘pueblo mágico’ y también presume ser Patrimiono de la Humanidad por la unesco, por supeusto, no necesita más presentación y es que este indescriptible escenario que forma parte del Paisaje Agavero de Jalisco es un emblema jalisciense digno de ‘exportación’ y un destino que, orgullosamente mexicano, todo buen viajero que se precie de serlo debe visitar… eso sí, corriendo el riesgo de siempre querer regresar.

Haciendo un poco de historia y tradición, su nombre viene del náhuatl “Tecuilan” que significa “lugar de tributos” y este bellísimo rincón mexicano conserva de antaño sus más arraigadas tradiciones, como la típica bendición de las nueve de la noche, cuando el cura del lugar bendice a los habitantes al tocar las campanas en tres ocasiones.

Razones sobran para explicar su distintivo de pueblo mágico pero su pintoresca belleza, leyendas, tradiciones y cultura quizá son algunos pretextos para hacerlo. Hablar de Tequila es sinónimo de espectaculares vistas y paisajes azules tapizados de agave… ¿dónde se pueden observar los mejores? al pie del Volcán Tequila o en las inmediaciones del Cañón del Río Grande.

Por variedad de bebidas Tequila presume por supuesto una de las mejores barras mexicanas, surtida como es de esperarse en su mayoría por aquéllas preparadas a base de su destilado insignia. Los famosísimos ‘cantaritos´ servidos en un cantarito de barro que son una mezcla de jugos naturales de limón, naranja y toronja con sal de grano, tequila blanco y refresco de toronja son imperdonablemente una delicia; sin embargo, no les pide nada ‘ la batanga’ , un trago cocktelero que se prepara con tequila blanco, jugo de limón y Coca-Cola, servido en un vaso tubo escarchado.

La comida típica es una delicia que hasta el paladar más exigente agradece y la cocina de ‘Mango’ es una opción infalible para degustar lo mejor de la gastronomía muy al estilo mexicano. Caminar por las callesitas empedradas, visitar la Hacienda El Centenario , tomarse una fotografía en el kiosco, recorrer el Centro Histórico, conocer el Museo del Tequila y una parada obligada en las casas productoras de Tequila y sus campos de agave son algunos de los encantos en los que aquél con etiqueta de turista debería invertir el tiempo.

En realidad, si se tiene alma viajera no importa si uno es amante del tequila o no, visitar este pintoresco pedacito de México , en el estado de Jalisco, es una experiencia llena de bebidas deliciosas, platillos tradicionales y una riqueza cultural inigualable.